La Camocha

En este nuevo intento de escribir más en el Blog, he encontrado un tema interesante para mí y que espero que a vosotros os enganche.

Ayer empecé un curso en la Universidad Popular: Edificios emblemáticos de Gijón, se trata de uno curso organizado desde el ayuntamiento, en el que 2 horas al día y dos días a la semana vamos a ir conociendo el patrimonio arquitectónico de la ciudad, pasando por todos los estilos, en mayor o menor medida.

No podíamos haber empezado de mejor manera porque: ¡ya he aprendido algo! y ésto es lo que quiero con este post, empezar a contaros todo lo que voy descubriendo. ¡Lo intentaré!

Cómo bien dice el título vamos a hablar de La Camocha, en Vega, población perteneciente al municipio de Gijón. Según me han contado aquello eran “praos” con alguna que otra casina de campo. En torno a los años 30, la familia Felgueroso  tras haber estudiado la geología de la zona, funda la mina en el entorno de Vega, pero ¿de dónde viene el nombre de La Camocha?

¡aquí viene lo interesante! Mirad la foto (obtenida de: http://www.mmma.es/noticias-7/todas/36/historias-de-la-mina-la-camocha-y-los-que-escuchaban-el-mar) , césped una vaca, un boquete en medio y alguna persona por allí.

vaca

Resulta que en aquellos praos, pastaban las vacas de un vecino de Vega, pero esta vaca, que no es una vaca cualquiera (como decía la canción), no daba leche merengada pero eran vacas sin cuernos, a las que se les llama vacas mochas.

Pues de vaca-mocha, vaca-mocha (redoble de tambores): ¡La Camocha!

Y es la gracia de la situación, de como unas vacas han dado nombre a una mina y la población que ésta generó y bien conocida por su movimiento reivindicativo durante el franquismo.


Todo esto viene, como no, por recomendación de una amiga, Patri, que como ya conoce un poco lo pesada que me pongo con estas cosas y le “presta” cómo diría ella, conocer estas tonterías que van conformando la historia, me comentó ir creando un diario de lo que vaya aprendiendo, para que le vaya contando todo. Así que dicho y hecho. El diario lo hago (que así también me sirve para retenerlo) pero a través del blog, que para algo estamos en el s. XXI.